¡MAFIA AL DESCUBIERTO! SEÑALAN A JORGE SÁNCHEZ NÚÑEZ Y NOEMÍ MUÑOZ BENÍTEZ COMO CEREBROS DE BLOQUEOS VIALES PARA TAPAR UN NEGOCIO MILLONARIO; RAFAEL ORTIZ, EL “TÍTERE” QUE EJECUTA SUS ÓRDENES
Ciudad de México.- El sector del autotransporte federal estalla en indignación: transportistas de todo el país denuncian una estructura de corrupción tan profunda que habría recurrido incluso a bloquear carreteras para encubrir un negocio interno millonario dentro de la Dirección General de Autotransporte Federal.
Los bloqueos —afirman— no fueron protestas legítimas ni expresiones reales del gremio. Fueron una maniobra calculada, planeada desde las mismas oficinas donde se manejan trámites, favores y beneficios selectivos. Una operación diseñada para manipular, intimidar y desviar la atención de los señalamientos que ya amenazaban con salir a la luz.
En el centro del escándalo, el líder transportista Rafael Ortiz Pacheco aparece como la figura que habría ejecutado estas órdenes sin cuestionar, actuando como operador obediente de intereses ajenos al bienestar del sector. Para los inconformes, Ortiz es el instrumento perfecto para simular un movimiento social que, en realidad, responde a una agenda personal y económica.
Transportistas aseguran que dentro de la dependencia se mueve un negocio multimillonario sustentado en trámites manipulados, presiones internas y beneficios otorgados a conveniencia. Y que cuando el malestar creció, la respuesta no fue aclarar nada, sino paralizar al país para proteger sus intereses.
Las acusaciones también apuntan a que desde esta red se presume contar con “alianzas” políticas de alto nivel, asegurando cercanía con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Eso —según denuncian los transportistas— se utiliza como herramienta de intimidación contra los concesionarios, prometiendo impunidad total frente a cualquier intento de denuncia.
Eso es lo que él presume, y lo usa en contra de todos los concesionarios del autotransporte federal.
El enojo entre el gremio es absoluto. Muchos ya lo llaman “la mafia del autotransporte federal”: una estructura que manipula líderes, controla bloqueos, oprime opositores y opera un negocio multimillonario amparado por el miedo.
Hoy las exigencias son contundentes:
investigación inmediata,
auditoría total,
destituciones,
responsabilidades penales,
y un alto definitivo al abuso de poder que mantiene secuestrado al sector.
La pregunta que retumba en cada carretera del país es una sola:
¿Hasta cuándo la corrupción seguirá dominando al autotransporte federal?
Claudia Sheinbaum Pardo
Secretaría de Infraestructura
